D&E, líder en este negocio en Argentina, está creciendo en ese país a través de su firma Agrionix. Hará importación directa y, además, contará con un centro autorizado de postventa. Todos los detalles, en esta nota.

El agro paraguayo viene creciendo fuerte en los últimos años, de la mano de actividades como la agricultura y la ganadería. Solo por dar un ejemplo, Paraguay es el cuarto exportador mundial de soja, detrás de Estados Unidos, Brasil y Argentina.

En ese contexto, D&E tiene una presencia destacada allí hace varios años, a través de una empresa propia, Agrionix, que pisa fuerte en distintos productos de agricultura de precisión de PTx Trimble y que ahora está sumando la batería de productos de DJI, el gigante mundial de los drones con base en China.

“Estamos con nuevas oficinas en Ciudad del Este, nuestra base en Paraguay, en el centro de la zona más productiva del país, y capacitando a todo el equipo de Agronix para que puedan brindar servicios vinculados a los drones, como los que brindamos en la Argentina”, dice Matías Fernández Koller, líder de este segmento de negocio en D&E.

D&E es la empresa número uno en venta de drones agrícolas en la Argentina. Es “Master Dealer” para Argentina y Paraguay de DJI, tanto para la línea de drones Agras, que incluye los drones aplicadores, como para los de cámara multiespectral, por ejemplo el Mavic 3.

El vínculo de D&E con DJI es muy profundo. Tanto que tiene también el status de “DJI Academy”, que le permite, además, certificar los talleres de postventa de los distribuidores”. Así, D&E es el único “Master Dealer” de DJI en Argentina que tiene distribuidores certificados por DJI Academy.

Recientemente, Fernández Koller estuvo de gira por Paraguay, impulsando el desarrollo de esta nueva era para los drones en el país. Recorrió campos con los especialistas de Agrionix, viendo lotes y haciendo ensayos.

“Llevamos drones para ir avanzando con el negocio e hicimos el lanzamiento oficial en la exposición Innovar, la más importante de Paraguay, que se llevó a cabo a mediados de marzo en Yguazú, muy cerca de Ciudad del Este”, explicó el experto de D&E.

Paraguay es un país con una agronomía muy particular, muy específica, ajustada a su propia realidad, a sus campos y circunstancias productivas, para las cuales estamos convencidos de que el dron viene como anillo al dedo”, explica.

En ese sentido, enumera las superficies más chicas de los establecimientos con respecto a las que se conocen en Argentina, la mayor humedad con la que se desarrollan los cultivos, las temperaturas más elevadas y la mayor presencia de plagas y enfermedades, entre otros factores.

Llegar tarde a una aplicación de fungicidas en Paraguay, por ejemplo, en un día de 40 grados de temperatura y con alta humedad, tiene mucho mayor impacto que en la pampa húmeda argentina: es gravísimo”, ejemplifica.

Por eso, dice que en esa y muchas otras circunstancias el dron cumple un rol fundamental.

Hay mucho para crecer con esta tecnología en el campo paraguayo, además de mucha gente con potencial que tiene ganas de aprender y capacitarse. Y nosotros tenemos amplia experiencia en formar equipos y formar especialistas, con nuestra propia academia”, dice el hombre de D&E.

Agrega que en Paraguay harán importación directa y, además, contarán con un centro autorizado de postventa.

“Queremos ser los número uno en experiencia, en capacitación del equipo comercial, en calidad de servicio postventa y en entrenamiento técnico agronómico”, dice Fernández Koller.

El especialista resume su idea de una manera muy clara. Afirma que, en realidad, el objetivo final no es que el cliente tenga un dron aplicador, sino que logre aplicar gotas de manera eficiente sobre los lotes que lo necesiten, potenciando la rentabilidad de su empresa agropecuaria.

Con esta batería de productos y servicios, los productores del Paraguay, entre los que hay muchos argentinos y sobre todo brasileños, tendrán más herramientas para hacer frente a sus particularidades productivas, entre las que está, por ejemplo, desarrollar un doble cultivo de verano cada año.

Pero no es solo la soja o el maíz. También el arroz, la actividad forestal y la creciente actividad ganadera en el oeste del país (el denominado “Chaco paraguayo”). Todas tendrán en el dron a un nuevo aliado, para continuar derribando barreras de productividad y eficiencia.