El reconocido especialista en manejo de malezas y aplicación selectiva Luis Robles Terán repasa para D&E por qué esta época es clave para analizar los planes de trabajo y tomar así las mejores decisiones.

maquina con weedseeker en campo de barbecho

Luis Robles Terán es uno de los mayores expertos de la Argentina en manejo de malezas y un profundo conocedor de los sistemas de aplicación selectiva de herbicidas, entre ellos el Weedseeker. Desde ese lugar, no tiene dudas sobre las ventajas de aplicar esta tecnología para los barbechos.

Por eso, en esta época clave para el año agrícola, vale la pena repasar con él varios consejos clave para que las empresas agropecuarias puedan encarar esta etapa con la mayor eficiencia posible. A continuación, un resumen de los consejos que brindó para D&E

1- Enfocarse

Lo primero -sostiene Robles Terán- es enfocarse de manera apropiada. “Muchas veces la vorágine y diferentes situaciones se nos vienen encima, pero hay que poder ir viendo de una cosa a la vez, trabajando en equipo”, afirma.

“Tengamos en cuenta que la aplicación selectiva puede tener unos cuatro disparos al año, y no podemos perder uno por no hacerlo de la manera correcta”, agrega.

Aconseja pensar el plan de manejo y tener en claro si la maquinaria estará disponible: que la hayan revisado en el campo y también los especialistas de D&E, si es necesario.

“Solo el 20% de la gente hace esto y es un paso que casi siempre tiene costo cero”, dice el experto.

2- Capacitación del personal

El segundo punto que destaca es la capacitación del personal. “Es un tema clave cuando se arranca nuevamente el ciclo productivo, aunque la gente tenga 25 años en la empresa”, sostiene.

luis robles terán

Así lo hacen en las grandes empresas de maquinaria agrícola en Estados Unidos o Alemania, luego de las vacaciones del personal. Yo lo vi con mis propios ojos”, cuenta.

Considera que hay que reenfocar al personal, que probablemente venga de manejar la sembradora y va a pasar a manejar la pulverizadora.

“Por ejemplo, el uso de la cosechadora y la pulverizadora coinciden en el tiempo. Si la dimensión de la empresa permite tener ambas máquinas, lo ideal es tener una persona para cada una, porque lo que vemos en la práctica es que siempre se le da prioridad a la cosechadora”, puntualiza.

Robles Terán recomienda fomentar el trabajo en duplas para lograr una excelente aplicación selectiva. Si hay un empleado con más experiencia y un aprendiz, el primero tiene que liderar, pero su tarea debe incluir la formación del segundo.

3- La tecnología apropiada

Tener la tecnología, en este caso de aplicación selectiva, no significa haber alcanzado la meta. Sino, por el contrario, suele ser el principio del camino. Es un asistente más para el trabajo que se va a realizar”, dice el especialista.

Por eso, hay que considerar bien qué tecnología se adquirirá y la configuración que tendrá, particularmente en la Argentina, que tiene escenarios económicos muy cambiantes.

“Hay que tener en cuenta cómo será el esquema de manejo de malezas, incluyendo cuántas aplicaciones se harán y cuántas de esas se llevarán a cabo con tecnología selectiva”, indica.

Para eso -precisa- deben tener en cuenta si el equipo se destinará a un campo con graves problemas de malezas o no tanto, de qué tipo son, y varios otros factores.

“En definitiva, los problemas de malezas son problemas de dólares, y así hay que considerarlo para ver cómo asignar la inversión para manejarlo”, afirma Robles Terán.

4- Factibilidad económica

Otro punto central que menciona el experto es lo que denomina “factibilidad económica inicial”. Es decir, cómo se pagará la tecnología. 

“La respuesta más habitual es que se pagará con lo que se ahorrará en producto, porque muchas veces se ahorra entre 80% y 90%. Y es correcta”, afirma.

Pero agrega que esta factibilidad económica se nutre mutuamente con la factibilidad técnica, ya que los usuarios van aprendiendo a usar los productos adecuados para solucionar cada problema.

“Así, los problemas van transformándose: probablemente aparezcan nuevas malezas, que requerirán nuevos productos, pero siempre, con la aplicación selectiva, habrá un ahorro sustancial en insumos”, informa.

Robles Terán dice que la naturaleza es sabia y, aunque uno se encargue de sacar todas las malezas de un lote, igual alguna va a aparecer, porque son muchos los factores que influyen.

Si se ven ciertas malezas, igual me pongo contento, porque eso indica que el suelo está vivo y normalmente son fáciles de controlar. Puedo citar como ejemplo malva (en el centro del país), gramíneas naturales como leptochloa o urochloa (en el norte) y ortiga mansa (en el sur)”, enumera.

campo de malva

El experto sostiene que los técnicos gestionan malezas y que deben dejarles pocos recursos. “Las malezas no desaparecen al 100%. Es más, eso puede ser muy costoso para el suelo”, indica.

Agrega que “no solo hay que mirar los dólares, sino que hay que tener planes de trabajo, que incluyan usar los herbicidas necesarios, cuando hacen falta”.

5- Tener un buen foco técnico

Robles Terán destaca que los productores y empresas agropecuarias deben incorporar la idea de que los planes para el control de malezas involucran más de un cultivo.

“Los trabajos que se hacen perduran en el tiempo y en muchísimos casos el costo, si se aplica a un solo cultivo, parecerá excesivo, pero está claro que hay que tener una mirada más amplia sobre sus beneficios y un correlo apropiado en el análisis económico”, indica

En este sentido, destaca una frase que solía usar Marcelo de la Vega, un reconocido profesor de Terapéutica Vegetal de la Universidad Nacional de Tucumán: “la plaga es un problema del cultivo, mientras que la maleza es un problema del lote”.

Ante la afirmación de muchos “se me disparan los costos”, la respuesta es que hace falta una buena planificación, que incluya saber qué malezas tenemos y en qué época del año, para diseñar un plan de manejo, como el que armamos desde CREA a partir de 2015.

Robles Terán dice que, como propone la aplicación selectiva, debe diagramarse un plan de manejo que incluya las técnicas adecuadas, con el uso de los fitosanitarios que correspondan, haciendo obviamente un presupuesto, que define qué se puede llevar a cabo y qué no.

La ejecución de la aplicación es clave, pero también lo es el ojo del evaluador, que debe apreciar qué se hizo bien y qué no, para poder recorrer el ciclo de ver, juzgar y actuar de una manera cada vez mejor”, explica el especialista.

Finalmente, para cerrar, Robles Terán recuerda que la planificación en el control de malezas dura más de una campaña, dentro de la cual la época de barbechos resulta muy importante. Y que hay que aprender a adaptarse a las circunstancias, para obtener de la tecnología los mejores beneficios, con un plan, trabajo en equipo y capacitación permanente.